El buen Pastor El buen Pastor Liturgia del 21 de abril - Cuarto Domingo de Pascua Queridos hermanos y hermanas, ¿cuál es la experiencia espiritual que se esconde detrás de la metáfora de Jesús Buen …Más
El buen Pastor
El buen Pastor
Liturgia del 21 de abril - Cuarto Domingo de Pascua
Queridos hermanos y hermanas, ¿cuál es la experiencia espiritual que se esconde detrás de la metáfora de Jesús Buen Pastor que ama, conoce, sana, fortalece y guía a sus ovejas hacia verdes pastos y aguas frescas y saludables? Es la experiencia que tenemos cada vez que, cansados y oprimidos por nuestros pecados y por las inevitables adversidades, injusticias, violencias y guerras que la vida nos reserva, en lugar de desesperarnos y compadecernos de nosotros mismos, invocamos a Jesús, que es propio lo que espera para intervenir y hacernos sentir, a través de Su Espíritu Santo, Su presencia regeneradora. En esos momentos nos sentimos como si fuéramos "elevados" por encima de los problemas y miserias de la tierra......, capaces de escalar las montañas de las adversidades y caminar sobre los mares tormentosos de la historia.
En esos momentos nos parece percibir un anticipo de la inmensa alegría que experimentaremos inmersos en el abrazo de luz del Padre en la vida eterna. Esta es una gracia que nos empodera y nos hace capaces de ser, cualquiera que sea nuestra vocación, esos peregrinos de la esperanza y constructores de Paz que tanto necesita la humanidad del siglo XXI.
El buen Pastor
Liturgia del 21 de abril - Cuarto Domingo de Pascua
Queridos hermanos y hermanas, ¿cuál es la experiencia espiritual que se esconde detrás de la metáfora de Jesús Buen Pastor que ama, conoce, sana, fortalece y guía a sus ovejas hacia verdes pastos y aguas frescas y saludables? Es la experiencia que tenemos cada vez que, cansados y oprimidos por nuestros pecados y por las inevitables adversidades, injusticias, violencias y guerras que la vida nos reserva, en lugar de desesperarnos y compadecernos de nosotros mismos, invocamos a Jesús, que es propio lo que espera para intervenir y hacernos sentir, a través de Su Espíritu Santo, Su presencia regeneradora. En esos momentos nos sentimos como si fuéramos "elevados" por encima de los problemas y miserias de la tierra......, capaces de escalar las montañas de las adversidades y caminar sobre los mares tormentosos de la historia.
En esos momentos nos parece percibir un anticipo de la inmensa alegría que experimentaremos inmersos en el abrazo de luz del Padre en la vida eterna. Esta es una gracia que nos empodera y nos hace capaces de ser, cualquiera que sea nuestra vocación, esos peregrinos de la esperanza y constructores de Paz que tanto necesita la humanidad del siglo XXI.